WASHINGTON, Estados Unidos, dic. 17, 2014.- El contratista estadounidense Alan Gross llegó a la base militar de Joint Andrews, en el estado de Maryland (EU), a las afueras de Washington, tras ser liberado por Cuba después de pasar cinco años preso en La Habana.
En un aparente buen estado físico y acompañado de su esposa Judy, Gross bajó por su propio pie la escalerilla del avión oficial fletado por el Gobierno de Estados Unidos y fue recibido en la pista de aterrizaje por un grupo de congresistas estadounidense.
Gross, de 65 años, llegó a Estados Unidos pocas horas después de que la Casa Blanca confirmara que el Gobierno de Cuba le había puesto en libertad “por razones humanitarias”.
En 2009, cuando trabaja en Cuba como contratista de la Agencia la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), fue detenido bajo la acusación de realizar actividades subversivas, y en 2011 fue condenado a 15 años de cárcel por “acciones contra la integridad territorial del Estado”.
El pasado 3 de diciembre, cuando se cumplieron cinco años de su detención y encarcelamiento, la Casa Blanca volvió a urgir al Gobierno de Cuba a liberar a Gross y reiteró la preocupación por su estado de salud.
La liberación de Gross “eliminaría un obstáculo hacia unas relaciones más constructivas entre Estados Unidos y Cuba”, sostuvo entonces el portavoz de Obama, Josh Earnest.
EU mantiene que Gross trataba simplemente de proporcionar acceso “sin censura” a internet para “una pequeña comunidad religiosa” judía en la isla.
Según su familia, la salud de Gross se ha “deteriorado severamente” en estos años, durante los que ha desarrollado artritis degenerativa en una pierna y una afección en el hombro. También se ha especulado sobre el desgaste de sus facultades mentales.